LAS RELACIONES SAUDO-ISRAELÍES

Oficialmente, Arabia Saudita y el Estado de Israel no tienen relaciones diplomáticas. Por supuesto, es a causa de la expulsión de la población palestina de Israel, en 1948, la Nakba. La realidad es bastante diferente.

Refugiados palestinos en 1948

En efecto, en 1945, el entonces presidente de USA, Theodore Roosevelt, convocó a Abdelaziz bin Saud para conversar sobre el futuro Estado de Israel, en lo que ha dado en llamarse «las conversaciones del USS Quincy». Durante esas conversaciones, y aunque bin-Saud se negó a respaldar la creación del Estado de Israel, sí firmó con USA un pacto que contenía una cláusula que estipula que Arabia Saudita no se opondrá nunca a la transformación del «hogar judío» en Estado.

A partir de ahí, las cosas evolucionaron, sobre todo en 2008-2009. En aquel momento, Arabia Saudita, como Estado, financiaba, con sus propios fondos, la guerra de Israel en Gaza. Habitualmente, es USA quien paga las guerras israelíes. Pero en aquel momento, por primera vez, fue Arabia Saudita quien financió la guerra.

Más tarde, los israelíes y los sauditas organizaron juntos, con ayuda del inefable Jeffrey Feltman, un «Consejo de Cooperación Común» —en realidad reunieron el Consejo de Defensa del Golfo y el presidente israelí Shimon Peres les habló por teleconferencia para conversar con los ministros de Defensa de los 29 países miembros de ese Consejo. [Shimon Peres y los demás participantes] no hablaban directamente entre sí sino que Terje Rød-Larsen hacía de intermediario. Pero, de hecho, el presidente israelí Shimon Peres participó en esa reunión.

Posteriormente se produjo la creación de la «Fuerza Árabe de Defensa Común». Se trata, en efecto, de una fuerza «árabe», ya que los soldados son árabes, pero la dirección de esa fuerza está en manos de Israel. Es el mismo principio que se vio con el Pacto de Bagdad, donde Estados Unidos —que no era miembro del Pacto— dirigía en el plano militar esa organización. En el caso de la «Fuerza Árabe Común», hay un estado mayor, instalado en Somalilandia: un Estado no reconocido, pero bajo control israelí. Y desde Somalilandia el gobierno israelí está participando, con Arabia Saudita, en la guerra contra Yemen.

Somalilandia: El país que no existe


¿Y por qué todo eso? Porque en el Yemen, y también en el Cuerno Africano, el Estado de Israel y Arabia Saudita tienen un acuerdo —que incluso expusieron en el Council on Foreign Relations, en Washington— para explotar, en el futuro, el petróleo y el gas del Yemen y del Cuerno Africano. Incluso piensan construir en la región una serie de puentes, uno de los cuales exigió la cesión —por parte de Egipto— de islas que se hallaban bajo su soberanía.

Podríamos detenernos en este punto pero, desde hace varias semanas, ya comenzó en Tel Aviv la construcción de una gigantesca embajada, quizás incluso la más grande que haya en Tel Aviv, para Arabia Saudita. Aunque esos dos países no tienen relaciones diplomáticas, están preparándose para hacer pública su relación en los dos próximos años.

El gobierno saudita ya designó el próximo embajador —será el príncipe Al Waleed Bin Talal— y que saber que a partir de ese momento, varios Estados árabes tendrán con Israel relaciones oficiales u oficiosas. Ya está Marruecos, parcialmente gobernado por los israelíes; están también Egipto y Jordania, que concluyeron un tratado de paz con los israelíes; está Sudán del Sur y la región autónoma del Kurdistán iraquí, también parcialmente controladas por los israelíes; también hay actualmente una embajada —o más bien una representación diplomática— de los israelíes en los Emiratos Árabes Unidos, creada bajo el pretexto de ser una representación diplomática ante una organización internacional, pero en realidad es una embajada. Y ahora también habrá esa embajada de Arabia Saudita en Tel Aviv.

Bin Talal, con el «trapo» en la cabeza

Esto reviste especial importancia en la medida en que Israel y Arabia Saudita son los dos únicos Estados nucleares de la región.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article192137.html#nh2

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