¿POR QUÉ DERRIBÓ TURQUÍA EL SUKHOI-24 RUSO?

Turquía ha tenido la pésima idea de derribar un avión ruso que había estado 17 segundos en su espacio aéreo. La operación, cuyo objetivo era que Rusia entendiera que no debe inmiscuirse en la tercera guerra contra Siria —guerra destinada a crear un Estado colonial en el norte de Siria para amontonar allí a los kurdos de Turquía— ha tenido un efecto inverso al deseado. Moscú está reforzando sus medios antiaéreos en Siria y aislando además a Turquía. Ankara ha perdido el beneficio del acuerdo oral secreto concluido en el pasado con Háfez el-Ásad. Londres, París y Tel Aviv ya no saben cómo seguir adelante con el plan que habían trazado.

El jefe del YPG —partido de los kurdos de Siria—, Salih Muslim, quien ahora vive en Turquía, ha traicionado los ideales del líder Abdullah Öcalan al aliarse con Francia, el Reino Unido e Israel. Este personaje pretende participar en el proyecto de colonización del norte de Siria, proyecto que incluye la expulsión de los 10 millones de kurdos de Turquía hacia ese nuevo Estado colonial.

Al término de la Guerra Civil turca, Turquía amenazó a Siria con invadirla, recurriendo al respaldo de la OTAN, si Damasco mantenía su decisión de dar asilo al líder del PKK, Abdullah Öcalan. El entonces presidente sirio, Háfez el-Ásad, se vio así obligado a solicitar al jefe del PKK que buscara otra tierra de asilo y tuvo que concluir un acuerdo verbal con Turquía. Ambas partes decidieron que el ejército turco podría penetrar en territorio sirio, hasta 8 kilómetros a partir de la frontera común, para garantizar que el PKK no pudiese disparar con morteros desde el suelo sirio.

Desde el inicio de la actual agresión contra Siria, el ejército turco ha usado y abusado de ese acuerdo verbal, no para prevenir posibles ataques del PKK sino para crear en esa zona campos de entrenamiento para los yijadistas.

En octubre de 2015, cuando comenzaba la campaña militar rusa y Salih Muslim iniciaba la operación de «kurdización» forzosa del norte de Siria, el célebre investigador turco Fuat Avni anunció a través de su cuenta de Twitter que Turquía estaba preparando la destrucción de un avión ruso. Y eso fue lo que sucedió el 24 de noviembre.

Con vista a la tercera guerra contra Siria, el objetivo era dirigir a Rusia un mensaje para se limitara a defender Damasco y Latakia y dejara el resto del país en manos de Turquía y sus aliados.

La sala de mando del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de la OTAN en la Base Aérea de Torrejón, en España.

En el plano técnico, la defensa aérea de Turquía, al igual que la de los demás países miembros de la OTAN, se coordina desde el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de Torrejón, en España. Por consiguiente, el jefe del estado mayor de la fuerza aérea turca, general Abidin Ünal, tendría que haber informado previamente al comandante del CAOC, el general español Rubén García Servert. Por el momento se ignora si fue eso lo que sucedió. En todo caso, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan ha confirmado que él mismo dio personalmente la luz verde a la orden de derribo del avión ruso.

Por su parte, el estado mayor ruso había comunicado previamente a la OTAN los planes de vuelo de sus aviones, lo cual demuestra que la OTAN sabía perfectamente que el avión «desconocido» era ruso, contrariamente a lo que alega Ankara. Por otro lado, un avión AWACS de la OTAN había despegado previamente desde la base griega de Aktion (cerca de Préveza) para vigilar la zona.

Un E-3 Sentry de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos

Los aviones rusos estaban bombardeando la brigada que lleva el nombre del sultán Abdul Hamid II, el último sultán otomano —tristemente célebre por sus masacres contra los cristianos del Oriente. Desde el inicio de la guerra contra Siria, los servicios secretos turcos han estado armando y manipulando las milicias turcomanas del norte de Siria. La prensa turca ha mencionado el envío de al menos 2.000 camiones de armas y municiones —hecho reconocido incluso por el propio presidente Erdoğan—, armamento que dichas milicias distribuyeron en su mayoría, y de inmediato, a los hombres de al-Qaeda.

En 2011, esas mismas milicias turcomanas desmontaron las 80.000 fábricas de Alepo, la capital económica de Siria, cuyas máquinas fueron enviadas después a Turquía. Por lo tanto, el objetivo de los bombardeos rusos, contrariamente a las afirmaciones de Turquía, no era la población civil turcomana sino destruir un grupo terrorista responsable de actos de saqueo organizado, en el sentido descrito en las convenciones internacionales. Los bombardeos rusos habían provocado la huida de 1.500 civiles y airadas protestas de Turquía, país que envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU.

El principal líder de las milicias turcomanas de Siria es Alparslan Çelik, miembro de los Lobos Grises, el partido neofascista turco históricamente vinculado a los servicios secretos de la OTAN. Alparslan Çelik se jactó de haber ordenado disparar contra los pilotos rusos cuando estos descendían en paracaídas.

El avión ruso destruido estuvo solamente 17 segundos en el espacio aéreo turco y fue derribado cuando ya se encontraba en el espacio aéreo de la República Árabe Siria. Sin embargo, Turquía, que considera como anexada la zona de 8 kilómetros de profundidad de suelo sirio donde tenía derecho a penetrar en virtud al acuerdo verbal con el anterior presidente sirio, Hafez el-Assad, puede haber imaginado que la intrusión rusa fue más larga. En todo caso, al maniobrar para derribar el avión ruso, el F-16 turco penetró durante 40 segundos en el espacio aéreo de Siria.

Por su parte, Rusia no había tomado medidas de protección de sus bombarderos, ya que Turquía participa oficialmente en la lucha contra las organizaciones terroristas. También hay que tener en cuenta otros hechos: una intrusión aérea de pocos segundos nunca se considera como una «amenaza para la seguridad nacional», Turquía tenía además conocimiento de las operaciones rusas en la zona y, por último, la propia Turquía viola diariamente el espacio aéreo de otros países, entre los que se halla Chipre.

A pedido urgente de Turquía, la OTAN reunió el Consejo del Atlántico Norte, que no fue capaz de adoptar una resolución y se limitó a una breve declaración de su secretario general, llamando… a la moderación. Diversas fuentes han mencionado por ello la existencia de divergencias en el seno del Consejo del Atlántico Norte.

La prensa oficial de Arabia Saudita publicó una grabación de audio de lo que parece ser una advertencia de los controladores aéreos militares turcos al avión ruso avisándole que estaba a punto de penetrar en el espacio aéreo turco. Numerosos políticos del AKP [el partido del presidente turco Erdogan, actualmente en el poder] comentaron la grabación, denunciando la situación de peligro supuestamente creada por la aviación rusa. Pero las fuerzas armadas de la Federación Rusa desmintieron esta grabación, probando que se trataba de una falsificación. El gobierno turco afirmó entonces que no tenía nada que ver con la difusión de dicha grabación.

El presidente Putin ha calificado el derribo del Su-24 de «puñalada por la espalda». También denunció públicamente el papel de Ankara en el financiamiento del Emirato Islámico, específicamente mediante el libre tránsito del petróleo robado a través de Turquía. El ministerio ruso de Relaciones Exteriores ha pedido a los 4,5 millones de turistas rusos que planeaban viajar a Turquía que anulen sus reservaciones y ha restablecido la exigencia de visas a los ciudadanos turcos que pretenden entrar en Rusia. El Kremlin emitió además un decreto que prohíbe todo nuevo contrato entre personas u órganos rusos y personas y entidades turcas, esta medida incluye el empleo de personal, la importación y exportación de mercancías así como el turismo.

Hasta el momento, Rusia había vendido sus S-400 Triumf únicamente a China y Argelia. Junto a los también rusos S-500, los S-400 S-400 Triumf son actualmente los misiles antiaéreos más eficaces del mundo.

Para garantizar la protección de su aviación en Siria, Rusia ha desplegado en la zona una treinta de aviones de combate suplementarios que escoltarán sus bombarderos tácticos.

Pero lo más importante en ese sentido es el despliegue de misiles tierra-aire S-400 en el aeropuerto militar de Hmeymim, cerca de Latakia. Con un alcance efectivo de 600 kilómetros, esos sistemas antiaéreos son capaces de seguir simultáneamente hasta 160 blancos y destruirlos. La coalición estadounidense, de la que forman parte Francia y Turquía, ha ordenado de inmediato la suspensión de sus vuelos sobre Siria.


De todo lo anterior, podemos concluir que la OTAN estaba informada sobre la preparación del ataque turco y permitió su realización. Todo hace pensar que Washington, que podría respaldar el proyecto de creación de un Kurdistán en Turquía, pero se opone al montaje de un seudo Kurdistán en el norte de Siria, se dispone, junto a Rusia, a contrarrestar el proyecto franco-israelo-británico, como en 1956, cuando los dos Grandes se opusieron a la colonización del Canal de Suez.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article189459.html#nh15

¿Sólo ahora entendió la OTAN que Rusia no tenía ninguna intención de atacarla?

Obcecados —como siempre— con el síndrome de la guerra fría, los generales estadounidenses creyeron que los ejercicios aéreos rusos preparatorios de la intervención militar contra el Emirato Islámico eran el preludio de una gran ofensiva contra Occidente. Y hoy descubren que ellos no estaban en la mirilla.

El Daily Mail publicaba recientemente un artículo donde afirmaba que 2 bombarderos rusos Tu-160 habían sido interceptados por los cazas británicos Typhoon de la base aérea de Lossiemouth durante la noche del 19 al 20 de noviembre. Los bombarderos rusos circulaban en el espacio aéreo internacional, cerca de las aguas territoriales británicas. Al parecer habían despegado de la Base aérea de Olenya, en la Península de Kola. Los dos Tu-160 estaban armados con misiles crucero.

Un Eurofighter Typhoon en el Royal International Air Tattoo 2012


Escoltados por 3 cazas rusos Sukhoi Su-30, los bombarderos Tu-160 pasaron sobre el estrecho de Gibraltar, sobrevolaron el Mediterráneo del oeste hacia el este y, desde el Mediterráneo, lanzaron sus misiles crucero Raduga Kh-55 contra posiciones del Emirato Islámico. Posteriormente sobrevolaron Siria, Iraq e Irán, penetraron en el espacio aéreo del Mar Caspio y de allí volvieron a su base. Su trayecto, que dio la vuelta a Europa, fue de casi 13.000 kilómetros. Exceptuando los cazas británicos, ningún otro avión de la OTAN despegó para interceptarlos porque —con 12 horas de antelación— Rusia había anunciado al Centro de Coordinación estadounidense de las misiones contra el Emirato Islámico, instalado en Qatar, todos los detalles de los planes de vuelo de los bombarderos rusos.

Un Sukhoi Su-30 de la Fuerza Aérea Rusa volando sobre Rusia en junio de 2010

Un Kh-55 en el museo de la Fuerza Aérea Ucraniana

Hay que recordar que durante todo el año 2014 y la primera mitad de 2015, formaciones de 20 a 30 aviones militares rusos —bombarderos de largo y mediano radio de acción escoltados por cazas, aviones de reconocimiento y aviones de abastecimiento en vuelo— habían comenzado a entrenarse en el espacio aéreo internacional, en las cercanías de los Estados miembros de la OTAN en el oeste, el norte, y el sudeste de Europa. Este entrenamiento, destinado a preparar las tripulaciones rusas con vista a las futuras operaciones en Siria, había sido mal interpretado por la OTAN.

El general de la fuerza aérea estadounidense Philip Breedlove, comandante supremo de las fuerzas de la OTAN, sembró la histeria en la opinión pública hablando de un posible ataque inminente de Rusia en el flanco oriental de la alianza atlántica. El Pentágono se apresuró a desplegar entre 150 y 160 M1 Abrams, M2/M3 Bradley y 24 piezas de artillería a motorizada en los países bálticos, Polonia y Rumanía. También decidió posteriormente rodear Rusia con depósitos de armas, emplazados a lo largo de las fronteras rusas. Aviones de Alemania, Noruega, Portugal, los Países Bajos y Estados Unidos se turnaban para garantizar la defensa del espacio aéreo del Mar Báltico.

M1A1 Abrams en Fallujah
M2 Bradley durante la Operación Tormenta del Desierto

La inserción de los vuelos militares rusos en el denso tráfico de la zona de Eurocontrol, sin provocar colisiones o riesgos de estas con otros vuelos civiles o militares fue posible gracias a la entrada en funcionamiento de las nuevas redes radiotécnicas «590» de las fuerzas armadas de Rusia. Esta red se conforma alrededor del sistema de radar «29B6-Container» para vigilar el espacio aéreo hasta una distancia de 3.000 kilómetros, lo cual permite a Rusia cubrir toda Europa, el norte de África y el Medio Oriente.

Los intereses comunes en la lucha contra el terrorismo y un diálogo abierto podrían conducir al reinicio de la mejoría de las acciones de cooperación en el marco del Consejo OTAN-Rusia (NRC), como se había previsto el 28 de enero de 2011.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article189393.html

Francia e Israel inician una nueva guerra en Iraq y en Siria...

Con una mano, el gobierno francés moviliza todos sus medios de prensa para atraer la atención de la población hacia los atentados del 13 de noviembre. Con la otra, el mismo gobierno francés inicia, con Israel, una nueva guerra en Iraq y en Siria. Su objetivo ya no es el derrocamiento del régimen laico en Siria, tampoco la destrucción del ejército de ese país sino la creación de un Estado colonial en territorios pertenecientes a Iraq y Siria, colonia que sería administrada por los kurdos, para atrapar a los Estados árabes en una tenaza. Regresa el sueño de expansión de Israel desde el Nilo hasta el Éufrates.

En este mapa, publicado por Robin Wright en el New York Times, en 2013, puede verse el Sunistán que el Emirato Islámico crearía en junio de 2014 y donde proclamaría el Califato. También aparece el Kurdistán que Francia e Israel pretenden crear en 2016. Obsérvese que este mapa no prevé la presencia de los cristianos, que serían trasladados a Europa o exterminados.



Moscú y Washington imponen en el G20, el corte del financiamiento al Emirato Islámico...

La cumbre del G20 en Antalya (Turquía) ciertamente se preocupó por la economía, pero de lo que más se habló fue de la situación en el Medio Oriente. Numerosas negociaciones bilaterales tuvieron lugar durante esa cumbre y todavía se ignoran los detalles de lo que allí se habló y de las decisiones tomadas en varios encuentros cara a cara.


Sin embargo, el presidente ruso, Vladimir Putin, denunció, sin nombrarlos, los Estados participantes en la conferencia que apadrinan el Emirato Islámico. Mostró a sus colegas fotos satelitales de los convoyes de camiones-cisterna que atraviesan Turquía para vender el petróleo que la organización terrorista roba en Iraq y en Siria. Públicamente señalado como violador de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y por financiar el Emirato Islámico, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan se mostró afectado. Según la oposición turca, Necmettin Bilal Erdoğan (el hijo del presidente) dirige personalmente ese tráfico.

Los presidentes Putin y Obama se pusieron de acuerdo para destruir los camiones-cisterna de la familia Erdoğan y poner así punto final al tráfico de petróleo. Ese mismo día, el US Central Command bombardeaba —por primera vez en año y medio— dichos camiones-cisterna en Iraq, mientras que la aviación rusa destruía gran cantidad de ellos en Siria.

Rusia y Estados Unidos han obligado a Francia a unirse a esa operación. Fingiendo una reacción ante los atentados perpetrados en París, el presidente Hollande anunció sin sonrojarse que estaba ordenando a las fuerzas armadas de Francia que procedieran a bombardear objetivos del Emirato Islámico en Siria, mientras que el presidente Putin daba públicamente instrucciones a las fuerzas armadas rusas para que coordinaran sus acciones con Francia y trataran a las fuerzas armadas francesas «como» un aliado. El presidente francés se reunirá próximamente con sus homólogos de Estados Unidos y Rusia.

Parece, en efecto, que se han tomado medidas reales para aislar los 24 establecimientos bancarios que el Emirato Islámico utiliza desde Iraq para transferir dinero —disposiciones que el subsecretario de Estado estadounidense David S. Cohen trataba inútilmente de imponer desde hace meses.


Francia y los «halcones liberales» organizan una nueva guerra

Tomando nota de que iba a tener que retirar el Emirato Islámico de Siria, el grupo de países, transnacionales y personalidades estadounidenses que organizan la guerra decidió entonces iniciar un tercer conflicto armado.

—La «primavera árabe» (desde febrero de 2011 hasta enero de 2013) fue iniciada por el Departamento de Estado estadounidense. El objetivo era derrocar los regímenes laicos árabes, fuesen o no aliados de Estados Unidos, y reemplazarlos por dictaduras de la Hermandad Musulmana. Después de derrocar a los presidente de Túnez y Egipto mediante las «revoluciones» de jazmín y de loto, se declaró la guerra contra Libia y Siria —como estaba previsto en el Tratado de Lancaster House, firmado en noviembre de 2010—, pero las potencias coloniales no lograron atacar Argelia (incidente de la toma de rehenes de In Amenas).

—La segunda guerra contra Siria (desde julio de 2012 hasta octubre de 2015) fue iniciada por Francia, los «halcones liberales» estadounidenses (Hillary Clinton, Jeffrey Feltman, David Petraeus, etc.) e Israel, y financiada por un grupo de países (Turquía, Qatar, Arabia Saudita, etc.) y transnacionales (ExxonMobil, KKR, Academi [ex Blackwater], etc.) El objetivo no era tanto cambiar el régimen sino más bien «desangrar» el país y destruir su ejército (hasta ahora más de 100.000 soldados sirios han muerto luchando contra el terrorismo). Esta etapa terminó con la intervención militar rusa.

—La tercera guerra contra Siria (desde el 20 de noviembre de 2015) ha sido iniciada por varios miembros del grupo anteriormente mencionado, ahora con intenciones de crear un nuevo Estado en el norte de Siria y de Iraq, para atrapar en una tenaza a los pueblos árabes que se resisten al expansionismo israelí.

Los organizadores de la guerra se han dado cuenta de que ya no tienen posibilidades de seguir actuando contra Siria. Y por eso se han puesto de acuerdo para retomar y continuar el programa que ya condujo, en 2012, a la creación de Sudán del Sur. Ese proyecto corresponde al plan de Alain Juppé (marzo de 2011) y al que publicó Robin Wright (septiembre de 2013). Estos planes preveían que, después de haber utilizado el Emirato Islámico para crear un Sunistán, sería conveniente crear un Kurdistán.

Ya no se trata ni de una guerra supuestamente ideológica (la «primavera árabe»), ni supuestamente religiosa —como la segunda guerra contra Siria— sino de un conflicto supuestamente étnico.

En 1956, el miembro del Likud David Ben-Gurión y el socialista francés Guy Mollet se reúnen en secreto en la localidad francesa de Sèvres para establecer una alianza y apoderarse del Canal de Suez. Hoy en día, sus sucesores, el miembro del Likud Benjamín Netanyahu y el socialista François Hollande se han aliado para apoderarse del norte de Iraq y de Siria. En el pasado, las potencias coloniales practicaban la «política de la cañonera». Hoy en día, prefieren recurrir al terrorismo.


Las operaciones secretas en el terreno

Para lograrlo, manipularon al partido kurdo sirio marxista-leninista YPG (ahora rebautizado como «Fuerzas Democráticas de Siria») y lo aliaron con el clan Barzani de Iraq. Ambos grupos son kurdos, pero no hablan la misma lengua, se mataron entre sí durante toda la guerra fría y se identifican con ideologías diametralmente opuestas.

Hay que recordar de paso que, en este momento, el gobierno regional kurdo de Iraq es una dictadura. Su presidente, Masud Barzani, agente del Mosad instalado en el poder por el Reino Unido y Estados Unidos, se aferra a ese poder a pesar de que su mandato terminó en junio de 2013.

Los padrinos de esta nueva guerra han empujado las «Fuerzas Democráticas» (sic) a iniciar un proceso de «kurdización» forzosa de las poblaciones no kurdas del norte de Siria (desde octubre de 2015), lo cual ha provocado la sublevación de los árabes y los cristianos asirios, así como la cólera de Damasco, pero sin que se haya visto ni las más mínima reacción internacional, como tampoco hubo reacción internacional cuando el gobierno regional kurdo de Iraq anexó —en el verano de 2014— los campos petrolíferos de Kirkuk, anexión realizada mientras la atención de la opinión pública internacional se desviaba hacia la limpieza étnica perpetrada por el Emirato Islámico. En aquella época, no sólo las grandes potencias no condenaron la guerra de conquista del gobierno regional kurdo de Iraq sino que incluso propusieron entregar armas directamente a ese régimen, sin pasar por el gobierno central de Bagdad, supuestamente para favorecer la lucha contra el Emirato Islámico.

Por supuesto, los iniciadores de este nuevo conflicto no dirán que están inventando una nueva guerra para crear un Estado colonial israelí y apresar a los Estados árabes en una tenaza, pero en cuanto sea necesario afirmarán que están luchando por un Kurdistán independiente, posición absurda ya que el territorio en cuestión nunca fue parte del Kurdistán histórico y los kurdos son allí ampliamente minoritarios (menos del 30% de la población).

El 5 de noviembre, Francia anunciaba el envío del portaaviones Charles-De-Gaulle a la región, supuestamente para luchar contra el Emirato Islámico. El verdadero objetivo es posicionarlo para el inicio de la 3ª guerra contra Siria. El portaaviones salió el 18 de noviembre del puerto francés de Tolón.


Entre el 13 y el 15 de noviembre, el gobierno regional del Kurdistán iraquí, con el apoyo de las ahora llamadas «Fuerzas Democráticas de Siria», expulsó al Emirato Islámico del monte Sinjar —en Iraq. En realidad, los yijadistas del Emirato Islámico se habían retirado, dejando allí sólo 300 hombres frente a una coalición de varias decenas de miles de soldados. La zona liberada no ha sido devuelta al gobierno central iraquí sino anexada por el gobierno regional kurdo.

Aunque hoy aparenta no respaldar esta operación e incluso condenarla, Turquía la aprobó en 2011, cuando se concluyó el Tratado secreto Juppé-Davutoğlu. Si el seudo Kurdistán llegase a crearse, Turquía se las arreglaría para empujar hacia allí al PKK.


La resolución 2249 autoriza de facto la nueva guerra

El 20 de noviembre, Rusia trataba nuevamente de obtener la aprobación del proyecto de resolución que había redactado para la reunión del 30 de septiembre, y que había tenido que retirar. Las únicas modificaciones del texto inicial eran la inclusión de varias referencias a los atentados del Sinaí, de Beirut y de París, así como la mención del artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas (sobre el derecho de legítima defensa). Y, por segunda vez, Rusia tuvo que renunciar a ese texto y aceptar la adopción de un proyecto de resolución francés que legaliza toda intervención militar contra el Emirato Islámico en Siria y en Iraq, proyecto que el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad (resolución 2249). Aunque puede interpretarse de varias maneras, esa resolución pisotea de facto la soberanía nacional de Iraq y de Siria ya que autoriza la injerencia de las grandes potencias, a condición de que aparenten luchar contra el Emirato Islámico. En realidad se trata, evidentemente, de liberar el norte de Siria del Emirato Islámico, pero no para restituir ese territorio a la República Árabe Siria, sino para proclamar allí un Estado independiente bajo control kurdo.

Rusia no se opuso a esa resolución y votó a favor. Al parecer, Moscú prefiere, por el momento, aprovechar el plan franco-israelí para expulsar de Siria el Emirato Islámico, sin aceptar por ello el principio de un seudo Kurdistán. La creación de un Estado así no tendría ninguna legitimidad a la luz del derecho internacional ya que los kurdos de Siria no están oprimidos sino que gozan de los mismos derechos que los demás sirios. La creación de ese Estado reabriría además la cuestión de los derechos de las minorías, ya planteada cuando la OTAN convirtió Kosovo en Estado. Ello autoriza de facto a cualquier grupo étnico, independientemente de su situación política, a reclamar la creación de un Estado independiente, lo cual implica —por consiguiente— la posible disolución de la mayoría de los Estados del mundo —incluyendo Francia— y el triunfo de la «globalización».

Fuente: http://www.voltairenet.org/article189377.html#nh14

Qatar y Ucrania acaban de entregar misiles antiaéreos S-125 Neva/Pechora al Emirato Islámico...

Qatar compró a Ucrania armamento antiaéreo de muy alta tecnología destinado al Emirato Islámico. La transacción tuvo lugar a finales de septiembre de 2015, justo antes de la intervención militar rusa contra el grupo terrorista y fue aprobada por la embajada de Estados Unidos en Doha. El armamento fue enviado a través de Bulgaria y Turquía. Oficialmente, Qatar, Ucrania, Estados Unidos, Bulgaria y Turquía luchan contra el Emirato Islámico.

¡Si el emir Tamim bin Hamad Al Zani y su amigo el presidente Hollande le dicen que están luchando contra el Emirato Islámico… usted puede dormir tranquilo!

Es indiscutible que la infraestructura del Emirato Islámico en Siria e Iraq es vulnerable a los ataques aéreos. Sólo durante la última semana, la fuerza aérea y la marina de guerra rusas han bombardeado 826 instalaciones del Emirato Islámico (campos de entrenamiento, depósitos de municiones, fábricas de explosivos, refinerías de petróleo y medios de transporte) causando graves daños a la organización terrorista y afectando sus fuentes de financiamiento.

Los padrinos del Emirato Islámico están tratando, por lo tanto, de adquirir y poner en manos de los yijadistas sistemas de defensa antiaérea capaces al menos de obstaculizar las acciones de Rusia en el cielo sirio.

En septiembre de 2015, mientras Rusia trasladaba su equipamiento a Siria con vista a su campaña antiterrorista, una delegación del ministerio de Defensa de Qatar viajó a Kiev para participar en la XII International Exhibition Arms & Security.

Pavlo Barbul, director de la empresa ucraniana SpetsTechnoExport, con la lista de miembros de la delegación de Qatar a la XII International Exhibition Arms & Security.

La delegación de Qatar concluyó un acuerdo con UkrOboronProm (un negociante de armamento del Estado ucraniano) para la compra de la versión más reciente de ADM Complex S-125-2D «Pechora-2D»:

Pavlo Barbul escribe al director adjunto de Ukroboronservice anunciándole que su empresa está a punto de entregar sistemas antiaéreos Pechora-2D a las fuerzas armadas de Qatar.

El 30 de septiembre, Volodimir Kuruts, consejero comercial de la embajada de Ucrania en Qatar, escribe a su contacto de negocios en Chipre, Vasyl Babytskiy, director de Blessway Ltd:
«Gracias por lo de Marruecos y los contactos sauditas. Fue justo a tiempo. Los locales [qataríes] estuvieron en Kiev en la Expo. Están a punto de comprar varios Pechora y otro material todavía más sofisticado. La cuestión de la entrega está en marcha. No estaremos en condiciones de hacerla nosotros mismos. Es para usted una oportunidad de ganar mucho dinero. Trate de hablar con los militares. Es elevada la probabilidad de que los yanquis estén de acuerdo. Los búlgaros y los turcos están de acuerdo, el itinerario es el mismo…»

Obsérvese que el mismo Vasyl Babitskiy ya había revendido a Arabia Saudita: 265 baterías antiaéreas motorizadas fabricadas en Polonia —probablemente también para el Emirato Islámico—, originalmente destinadas al ministerio del Interior de Ucrania.

Estos documentos demuestran claramente que el ministerio de Defensa de Qatar organiza la compra y traslado —a través de Bulgaria y Turquía— de sistemas antiaéreos a organizaciones terroristas que operan en Siria. Ese tráfico recibió la aprobación de los representantes oficiales de Estados Unidos en Qatar.

Pechora 2D

Dado el hecho que los misiles antiaéreos «Pechora 2D» son capaces de derribar aviones a 21 kilómetros de altitud, podría producirse un giro inesperado en la investigación sobre la catástrofe del Airbus A321 de Metrojet en el Sinaí.

Más de 500 yijadistas reciben atención médica en el Ziv Medical Center de Israel...


Varios periodistas que participaban en un viaje de prensa organizado por el Australia/Israel and Jewish Affairs Council (AIJAC) visitaron el Ziv Medical Center, en Safed (norte de Israel). Este hospital (ver foto) cuenta con un servicio especializado en traumatología de guerra y colabora oficialmente con las fuerzas armadas de Israel. En ese marco, dicho centro está prestando atención médica a «refugiados» sirios.


La norteña ciudad israelí de Safed. Fotografía: Ilan Arad/Getty Images

Mientras el resto del grupo de periodistas —el redactor jefe adjunto del Daily Telegraph, Ben English; el periodista de Seven News, Alex Hart; el reportero político de Sky News, David Lipson; el redactor jefe de la Australian Financial Review, Aaron Patrick; el jefe de la sección de política del Sydney Morning Herald y de The Age, Bevan Shields— seguía a los organizadores, una célebre periodista de News Corp, Sharri Markson, trabó conversación con algunos pacientes para recoger sus testimonios. La periodista pudo así verificar que más de 500 de esos pacientes son miembros de al-Qaeda heridos en combate en suelo sirio.

Varios oficiales de seguridad intervinieron para interrumpir a la periodista cuando esta anotaba detalles sobre la manera como estos yijadistas son trasladados a Israel para recibir atención médica y como son enviados posteriormente a proseguir la yijad en Siria.


En septiembre de 2014, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu había sido fotografiado en ese mismo hospital mientras visitaba y felicitaba a los yihadistas de al-Qaeda.


En aquel momento, los yijadistas acababan de secuestrar a los cascos azules de la ONU —provenientes de Filipinas y Fiyi— encargados de vigilar la línea de demarcación en el Golán ocupado por Israel. Durante las negociaciones sobre la liberación de los cascos azules, la ONU pagó a al-Qaeda un rescate cuyo monto fue transferido a una cuenta bancaria sin que aquello diese lugar a la apertura de una investigación para identificar al titular de la cuenta.

En definitiva, los cascos azules acabaron retirándose de la línea de demarcación. El resultado es que quienes separan actualmente a los ejércitos de Israel y de Siria en el Golán no son las fuerzas de la ONU sino los yihadistas de al-Qaeda.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article189378.html

Rusia demuestra que EE.UU. no combate a los terroristas de Daesh...


Rusia demuestra con evidencias que EEUU no ha hecho nada desde hace más de un año para combatir a Daesh (Estado «Islámico») y sobre todo las fuentes de financiamiento de los terroristas.

Haciendo pública una serie de fotografías que muestran el volumen de petróleo que comercializa el Estado Islámico, Vladímir Putin demostró que Estados Unidos no toma en serio la lucha contra el terrorismo, opina el escritor y periodista Pepe Escobar.

En la cumbre del G-20 que tuvo lugar en Turquía, el presidente ruso Vladímir Putin hizo pública una serie de fotografías que demuestran el volumen de petróleo que comercializa el Estado Islámico.

«He mostrado a nuestros colegas imágenes espaciales y tomadas por aviones, en las cuales se ve claramente qué volumen tiene el comercio ilegal de petróleo y sus derivados. Columnas de vehículos petroleros extendiéndose por decenas de kilómetros, de manera que a partir de una altura de 4.000 o 5.000 metros desaparecen en el horizonte. Parece un sistema de tuberías de petróleo», comentó el mandatario ruso e hizo hincapié en la necesidad de prevenir la venta ilegal y que los terroristas reciban ingresos del petróleo y sus derivados.

Pepe Escobar afirma que con esta acción, Vladímir Putin «desmintió ―gráficamente― ante todos los participantes de la cumbre del G-20, el mito de que Washington está seriamente comprometido en la lucha contra el EI».

Pepe Escobar resalta que, inmediatamente después de la revelación del presidente ruso, Estados Unidos bombardeó ―por primera vez― los camiones cisterna del Emirato Islámico que traficaban petróleo. El único bombardeo de las columnas de vehículos realizado antes era obra de fuerza aérea iraquí, precisa Escobar.

Surgen preguntas obvias: ¿por qué el Pentágono, que dirige operaciones en Siria desde hace un año, no pudo detectar las rutas de los terroristas antes? ¿Estados Unidos no tiene satélites?

«La razón principal por la cual la administración de Obama no había pensado en esto antes [bombardear las rutas del petróleo robado] es Turquía», sostiene Pepe Escobar. El periodista señala que Washington necesita mantener una relación bilateral de aliados con Ankara, que se beneficia con el contrabando de petróleo, para poder utilizar la base aérea de Incirlik.

Gürsel Tekin, uno de los miembros del partido socialista de Turquía, reveló que el petróleo que comercializa el Emirato Islámico llega a Turquía a través de BMZ, compañía de transporte controlada nada menos que por Bilal Erdogan, el hijo del presidente Recep Tayyip Erdogan, aclara Escobar.

En video, la aviación rusa destruye camiones cisternas o tanques y pozos de petróleo utilizados por el Emirato Islámico en Siria como principal fuente de financiación.



Los terroristas de Daesh poseen una enorme flota de camiones cisternas que utilizan para su tráfico de petróleo en Turquía. Nunca antes nadie los había atacado.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article189321.html

CONFIRMADO: LOS «ISLAMISTAS» DE DAESH NO SON VERDADEROS MUSULMANES...


Este documental rastrea los orígenes de los takfiríes y a través de entrevistas de altos clérigos chiitas y sunitas, aclara sus objetivos. Frente a la propaganda y la desinformación, este documental revela el verdadero rostro de los wahabitas.

A través de los testimonios recogidos, el documental resalta que:
—Ninguna religión verdadera ampara ni puede amparar crímenes y asesinatos en nombre de Dios.
—Ninguna causa justa puede justificar el asesinato de civiles inocentes.
—Estos terroristas del Emirato Islámico (Daesh) son fanáticos extremistas y mercenarios que utilizan la religión como pretexto para imponer una ideología de poder y dominación, actúan generalmente drogados y sus padrinos financieros están en Arabia Saudita, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y, aunque parezca increíble, en Francia y Estados Unidos, por citar los principales.
—Estos terroristas son utilizados con fines geopolíticos por diversas potencias deseosas de imponer sus propios intereses.

Ver documental:


Captagón®, arma fundamental 
de los yihadistas

Terroristas del Emirato Islámico embalan pastillas de Captagón®


En París, un verdadero musulmán, 
apenado por los crímenes de los terroristas, 
expresa su condena

Ver video:

LA REPÚBLICA FRANCESA COMO REHÉN

La guerra que se extiende a París resulta incomprensible para los franceses, que nada saben de todas las actividades secretas de su gobierno en el mundo árabe, de sus alianzas contra natura con las dictaduras del Golfo y de su activa participación en el terrorismo internacional. El Parlamento francés nunca ha abordado esas políticas y los grandes medios de prensa raramente se atreven a mencionarlas.

Hace 5 años que los franceses oyen hablar de guerras lejanas, sin entender de qué se trata. La prensa los informó ampliamente sobre la implicación de sus fuerzas armadas en Libia, pero nunca ha hablado de la presencia de soldados franceses en el Levante. Muchos leen mis artículos sobre ese tema pero los ven como extraños cuentos orientales. A pesar de mi historia personal, es de buen tono calificarme de «extremista» o de «conspiracionista» y resaltar que sitios web de todas las tendencias, incluyendo los auténticamente extremistas o complotistas, reproducen mis artículos. Pero nadie encuentra cómo responder a lo que escribo. Como tampoco nadie escucha mis alertas sobre las alianzas en las que Francia se ha implicado.

Y la verdad ignorada emerge bruscamente.

En la noche del viernes 13 de noviembre de 2015, Francia fue atacada por varios comandos que asesinaron al menos 130 personas en 5 lugares diferentes de París. Se ha decretado el estado de urgencia por 12 días en todo el territorio nacional y el Parlamento podría prolongarlo.


No existe vínculo directo con 
el caso de Charlie Hebdo

La prensa francesa interpreta este acto de guerra vinculándolo al atentado perpetrado en las oficinas de Charlie Hebdo, a pesar de que los modus operandi son totalmente diferentes. En enero, el objetivo era matar a personas bien identificadas mientras que el viernes 13 se vio un ataque coordinado e indiscriminado contra un gran número de personas.


Calle Nicolás Appert (París, distrito XI), 7 de enero de 2015. El sangriento ataque a «Charlie Hebdo» dejó un balance de doce muertos, entre ellos ocho periodistas de la revista satírica/de dudoso gusto citada.

Si volvemos a concentrarnos en la guerra que acaba de extenderse a París, veremos que es una novedad en Europa occidental. No es comparable a los atentados perpetrados en Madrid en 2004. En España nadie disparó sobre la gente, tampoco hubo kamikazes sino 10 bombas distribuidas en 4 lugares diferentes. Lo que se vio el viernes en Francia es lo que viven cada día numerosas poblaciones del «Medio Oriente ampliado» desde 2001. Y también encontramos hechos comparables fuera de esa región, como los 3 días de ataques diferenciados en Bombay —en 2008.

Aunque los atacantes de París fuesen realmente musulmanes e incluso a pesar de que algunos de ellos hayan gritado «¡Allah Akbar!» mientras disparaban sobre los transeúntes, no existe ningún vínculo entre esos ataques, el islam y una eventual «guerra de civilizaciones». O sea, esos comandos tenían órdenes de matar gente al azar, sin preocuparse por la religión de sus víctimas.

De la misma manera, es absurdo tomar al pie de la letra el móvil que el Emirato Islámico invoca contra Francia —aunque no quepa duda de la implicación de ese grupo en este ataque. Si el Emirato Islámico realmente quisiese «vengarse», sería en Moscú donde habría realizado esos ataques.


Francia es un Estado terrorista, 
al menos desde 2011

La lectura de esos hechos se hace más complicada porque detrás de los grupos no estatales siempre se esconden Estados que los financian. Durante los años 1970, el venezolano Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como «Carlos», se había puesto, por convicción, al servicio de la causa palestina y de la Revolución, con discreto respaldo de la URSS. En los años 1980, el ejemplo de Carlos fue invocado por mercenarios que en realidad trabajaban para quién mejor pagara, como Sabrí Khalil al-Banna, más conocido como «Abu Nidal», quien efectuó atentados por cuenta de Libia y Siria, pero también por encargo de Israel. Hoy en día existe una nebulosa del terrorismo y de la acción secreta en la que están implicados numerosos Estados.

Abu Nidal apodo de Sabrí Khalil al-Banna fue un líder palestino y un terrorista prominente

Aunque los Estados siempre niegan su participación en grupos terroristas, el ministro francés de Exteriores Laurent Fabius declaró en diciembre de 2012, durante la conferencia de los «Amigos de Siria» en Marrakech, que al-Nusra —la rama de al-Qaeda en Siria— estaba haciendo «un buen trabajo».

Teniendo en cuenta su condición de ministro francés, el señor Fabius sabía perfectamente que su respaldo a una organización que el Consejo de Seguridad clasifica como terrorista no le valdría acabar ante un tribunal. Pero sí asumía un grave riesgo para su país, hundiéndolo así en la caldera del terrorismo.

En realidad, Francia ya estaba implicada del lado de al-Qaeda —al menos desde inicios de 2011. En aquel momento, el Reino Unido y Francia se habían unido al proyecto estadounidense de «primavera árabe». El objetivo era derrocar a todos los regímenes árabes laicos y reemplazarlos por dictaduras de la Hermandad Musulmana. Londres y París descubrieron esa operación cuando ya estaba en marcha en Túnez y en Egipto, pero es muy probable que la participación de ambos gobiernos haya sido solicitada de antemano contra Libia y Siria.

En Libia, los gobiernos de Francia y del Reino Unido organizaron —con ayuda de las fuerzas especiales de Italia— las matanzas de Bengasi y, posteriormente —con ayuda de al-Qaeda— la toma de varios arsenales del ejército libio. Yo mismo soy testigo de ello ya que, en agosto de 2011, hallándome bajo la protección de Jamis Gadafi, en momentos en que la OTAN tomaba por asalto la capital libia, el hotel Rixos —donde nos encontrábamos— fue asediado por la «Brigada de Trípoli», una unidad de al-Qaeda bajo el mando de Mahdi al-Harati, cuyos hombres, al grito de «¡Allahu Akbar!», estaban directamente dirigidos por oficiales franceses en misión. Posteriormente, el propio Mahdi al-Harati fue, junto con su jefe Abdelhakim Belhadj, fundador del Ejército Libre Sirio, en realidad un grupo de al-Qaeda que se identifica con la bandera de la colonización francesa.

Al-Harati (centro); Paul Conroy, supuestamente del MI6, (izquierda); Belhadj, vinculado a Al Qaeda, (a la derecha)

En Siria, está ampliamente demostrada la presencia de oficiales franceses a la cabeza de los grupos armados en momentos en que perpetraban crímenes contra la humanidad.

Francia ha estado jugando, desde entonces, un juego extremadamente complejo y peligroso. En enero de 2013, un mes después de la declaración pública de Laurent Fabius en apoyo a al-Qaeda en Siria, Francia emprendía en Mali una operación contra ese mismo grupo terrorista, provocando así acciones de represalia contra sus agentes infiltrados en Siria.

De todo eso, los franceses nunca han oído hablar. Y nunca se les ha hablado de ello porque, aunque Francia dispone de organizaciones democráticas, la política actual del gobierno francés en el mundo árabe nunca se ha debatido públicamente. Lo único que se ha hecho —en violación del Artículo 35 de la Constitución de la República Francesa— ha sido entrar en guerra contra Libia y contra Siria después de unas pocas horas de debates parlamentarios, superficiales y sin voto final. Los parlamentarios franceses han renunciado a ejercer su mandato, que consiste en controlar las acciones del Ejecutivo en materia de política exterior, pensando que se trata de un sector reservado al presidente de la República, supuestamente sin consecuencias para la vida cotidiana de los franceses. Hoy todos pueden comprobar, por el contrario, que la paz y la seguridad —uno de los 4 «Derechos del Hombre y del Ciudadano» proclamados en 1789 (Artículo 2), dependen directamente de la política exterior. Lo peor está por llegar.

A inicios de 2014, cuando los halcones liberales estadounidenses daban los últimos toques a su plan de transformación del «Emirato Islámico en Iraq y el Levante» (EIIL) en lo que sería Daesh, Francia y Turquía se encargaron de hacer llegar municiones a al-Qaeda para que combatiera el Emirato Islámico —esto está debidamente comprobado gracias a un documento presentado al Consejo de Seguridad de la ONU el 14 de julio de 2014.

Las fuerzas aéreas de EEUU han lanzado armas y suministros a los mismos grupos rebeldes que luchan por derrocar a Bashar al-Asad y que presuntamente luchan contra Estado Islámico.

Sin embargo, Francia se unió después a la operación secreta de los halcones liberales de Washington y participó en la coalición internacional contra el Emirato Islámico, de la que hoy sabemos todos que, contrariamente a lo que anunciaba su nombre, no bombardeó al Emirato Islámico sino que le lanzó en paracaídas cargamentos de armas durante todo un año. La situación siguió evolucionando aún después de la firma del Acuerdo 5+1 con Irán. En el terreno, Estados Unidos se volvió súbitamente contra el Emirato Islámico y lo empujó hacia Hasaka (en Siria). Pero no fue hasta mediados de octubre de 2015 —hace sólo un mes— que Francia reinició los ataques contra el Emirato Islámico. Pero no fue para detener las masacres de sus yijadistas sino para conquistar parte del territorio que estos ocupan en Siria y en Iraq e instalar en ellos un nuevo Estado colonial que sería designado como «Kurdistán», a pesar de que los kurdos serán allí extremadamente minoritarios.

Con esa perspectiva, Francia envió su portaaviones —que todavía no está en la zona— para apoyar a los marxista-leninistas kurdos del YPG —pero, ¿qué significa esta referencia política cuando el proyecto es la creación de un Estado colonial?— contra el Emirato Islámico… el ex-aliado de París.

Ahora estamos viendo un segundo efecto de búmeran. Pero no de parte de al-Qaeda en Siria. Ahora el golpe viene del Emirato Islámico en Francia, que sigue instrucciones de los inconfesables aliados de la propia Francia.


¿Quién dirige el Emirato Islámico?

El Emirato Islámico, llamado Daesh en el mundo árabe, es una creación artificial. Es solamente el instrumento de la política de un grupo de Estados y multinacionales.

Sus principales recursos son el petróleo, las drogas afganas —los franceses siguen sin entender las consecuencias que tienen estas últimas en su propio suelo— y las antigüedades provenientes del Levante. Todo el mundo está de acuerdo en que el petróleo robado transita libremente a través de Turquía antes de ser vendido en Europa occidental. A la vista de los volúmenes de petróleo robado, trasladado y vendido no cabe duda del apoyo que el Estado turco aporta al Emirato Islámico.

Hace 3 semanas, el vocero del Ejército Árabe Sirio revelaba que 3 aviones —fletados uno por Turquía, otro por Arabia Saudita y el tercero por los Emiratos Árabes Unidos— acababan de sacar de Siria grupos de combatientes del Emirato Islámico, transportándolos a Yemen. En este caso, tampoco hay duda posible sobre los vínculos de esos 3 países con el Emirato Islámico, en violación de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

Desde la primera conferencia de Ginebra, en junio de 2012, he venido explicando que en el seno del aparato estatal de Estados Unidos existía una facción que estaba haciendo su propia política, en contra de la política de la Casa Blanca. Al principio, quien encabezaba esa facción era el general David Petraeus, el entonces director de la CIA y cofundador del Emirato Islámico en 2007 («The Surge»), hasta que fue arrestado, al día siguiente de la reelección de Barack Obama. Vino después el turno de la secretaria de Estado Hillary Clinton, a quien un «accidente» le impidió mantenerse en el cargo durante la llamada «transición presidencial». Esa facción prosiguió entonces la lucha a través del embajador Jeffrey Feltman, secretario general adjunto de Naciones Unidas, desde sus oficinas en la sede de la ONU, y del general John Allen, a la cabeza de la coalición que supuestamente luchaba contra el Emirato Islámico.

David Petraeus, ex-director de la CIA y cofundador del Emirato Islámico en 2007 («The Surge»)

Ese grupo, que forma parte del «Estado profundo» estadounidense, que sigue oponiéndose al Acuerdo 5+1 firmado con Irán y lucha contra la República Árabe Siria, sigue teniendo gente dentro de la administración Obama. Lo más importante es que puede contar con la ayuda de grandes transnacionales, que disponen de presupuestos más importantes que los de los Estados, lo cual les permite financiar sus operaciones secretas. En ese caso se hallan, por ejemplo, el gigante petrolero ExxonMobil (el verdadero dueño de Qatar), el fondo de inversiones KKR y el ejército privado Academi (antes conocido como Blackwater).

Actuando por cuenta de esos Estados y de esas transnacionales, Francia se ha convertido en un país mercenario.


El chantaje a Francia

El 11 de noviembre de 2015, el primer ministro de Francia, Manuel Valls, aseguraba que Francia tenía un compromiso en contra del terrorismo.

El 12 de noviembre, el Observatorio Nacional sobre la Delincuencia y las Respuestas Penales —vinculado al ministerio francés del Interior— publicaba un informe que señala que el terrorismo se ha convertido en la segunda preocupación de los franceses, inmediatamente después del desempleo.

En la mañana del viernes 13 de noviembre, el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, presentaba en la localidad parisina de Nanterre un plan de 20 medidas para luchar contra el tráfico de armas. Esta coincidencia ya se había visto durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y en Washington, al igual en los del 11 de marzo de 2004 en Madrid, y en los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres.

Bernard Cazeneuve es un político, abogado y economista francés. Licenciado en Derecho y Economía por las Grandes Escuelas y por el Instituto de Ciencias Políticas de Burdeos.


Conclusión provisional

Los sucesivos gobiernos franceses han establecido alianzas con Estados cuyos valores son contrarios a los valores de la República Francesa. Los gobiernos franceses sucesivos han ido comprometiéndose progresivamente a librar guerras secretas por cuenta de esos Estados, antes de renunciar a esos compromisos. El presidente Hollande; su jefe de estado mayor particular, el general Benoit Puga; su ministro de Exteriores Laurent Fabius y su predecesor Alain Juppé, ministro bajo el mandato del ex-presidente Sarkozy, son actualmente objeto de un chantaje del que sólo podrán liberarse revelando en qué implicaron indebidamente al país, aunque eso los ponga en peligro de tener que comparecer ante la Alta Corte de Justicia.

El 28 de septiembre, desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU, dirigiéndose a Estados Unidos y a Francia, el presidente Putin exclamaba:
«Me gustaría preguntar a los responsables de esta situación:
“¿Son ustedes conscientes de lo han hecho?”
Pero mucho me temo que esta pregunta quede sin respuesta, porque estos personajes no han renunciado a su política, basada en una exagerada confianza en sí mismos y en la convicción de su propia excepcionalidad y de su propia impunidad
Y no lo han escuchado. No lo han escuchado los estadounidenses, ni tampoco los franceses. Ahora es demasiado tarde.
Elementos fundamentales/Conclusiones: 
—El gobierno francés ha ido alejándose progresivamente de la legalidad internacional. Está perpetrando asesinatos políticos y dirigiendo acciones terroristas al menos desde 2011. 
—El gobierno francés ha establecido alianzas contra natura con las dictaduras petroleras del Golfo Pérsico. Está trabajando con un grupo de personalidades estadounidenses y de compañías transnacionales para sabotear la política de apaciguamiento que tratan de aplicar los presidentes Obama y Putin. 
—El gobierno francés ha entrado en conflicto con esos aliados poco recomendables. Uno de ellos orquestó los atentados perpetrados en París.
Fuente:  http://www.voltairenet.org/article189295.html#nh23

Varios responsables de la comunidad judía fueron advertidos antes de los ataques en París (Times of Israel)...


Según la versión en inglés del Times of Israel, que cita a Jonathan-Simon Sellem (en la foto), en la mañana del 13 de noviembre de 2015, «responsables de la seguridad de la comunidad judía francesa» fueron prevenidos sobre la inminencia de un «gran ataque terrorista» en Francia.

Jonathan-Simon Sellem, quien tiene la doble nacionalidad judía y francesa, es responsable del sitio web JSSNews. Este ex-funcionario del ministerio israelí de Relaciones Exteriores fue electo consejero consular francés.

El Times of Israel es un diario publicado en 5 idiomas. Su fundador y actual director es David Horovitz, ex-director del Jerusalem Post.

Durante la noche del viernes 13 de noviembre de 2015, varios comandos atacaron diversos puntos de París y en la periferia de esa ciudad dejando un saldo de al menos 129 muertos.

En una alocución televisiva transmitida esa misma noche, el presidente francés François Hollande comenzó hablando de «ataque terrorista» para finalmente calificar los hechos de «acto de guerra».

El 15 de noviembre, el canal 2 de la televisión israelí indicó que «los servicios de inteligencia israelíes al parecer proporcionaron informaciones esenciales sobre el perfil de los terroristas responsables de los ataques mortales del pasado viernes en París».