¿Sólo ahora entendió la OTAN que Rusia no tenía ninguna intención de atacarla?

Obcecados —como siempre— con el síndrome de la guerra fría, los generales estadounidenses creyeron que los ejercicios aéreos rusos preparatorios de la intervención militar contra el Emirato Islámico eran el preludio de una gran ofensiva contra Occidente. Y hoy descubren que ellos no estaban en la mirilla.

El Daily Mail publicaba recientemente un artículo donde afirmaba que 2 bombarderos rusos Tu-160 habían sido interceptados por los cazas británicos Typhoon de la base aérea de Lossiemouth durante la noche del 19 al 20 de noviembre. Los bombarderos rusos circulaban en el espacio aéreo internacional, cerca de las aguas territoriales británicas. Al parecer habían despegado de la Base aérea de Olenya, en la Península de Kola. Los dos Tu-160 estaban armados con misiles crucero.

Un Eurofighter Typhoon en el Royal International Air Tattoo 2012


Escoltados por 3 cazas rusos Sukhoi Su-30, los bombarderos Tu-160 pasaron sobre el estrecho de Gibraltar, sobrevolaron el Mediterráneo del oeste hacia el este y, desde el Mediterráneo, lanzaron sus misiles crucero Raduga Kh-55 contra posiciones del Emirato Islámico. Posteriormente sobrevolaron Siria, Iraq e Irán, penetraron en el espacio aéreo del Mar Caspio y de allí volvieron a su base. Su trayecto, que dio la vuelta a Europa, fue de casi 13.000 kilómetros. Exceptuando los cazas británicos, ningún otro avión de la OTAN despegó para interceptarlos porque —con 12 horas de antelación— Rusia había anunciado al Centro de Coordinación estadounidense de las misiones contra el Emirato Islámico, instalado en Qatar, todos los detalles de los planes de vuelo de los bombarderos rusos.

Un Sukhoi Su-30 de la Fuerza Aérea Rusa volando sobre Rusia en junio de 2010

Un Kh-55 en el museo de la Fuerza Aérea Ucraniana

Hay que recordar que durante todo el año 2014 y la primera mitad de 2015, formaciones de 20 a 30 aviones militares rusos —bombarderos de largo y mediano radio de acción escoltados por cazas, aviones de reconocimiento y aviones de abastecimiento en vuelo— habían comenzado a entrenarse en el espacio aéreo internacional, en las cercanías de los Estados miembros de la OTAN en el oeste, el norte, y el sudeste de Europa. Este entrenamiento, destinado a preparar las tripulaciones rusas con vista a las futuras operaciones en Siria, había sido mal interpretado por la OTAN.

El general de la fuerza aérea estadounidense Philip Breedlove, comandante supremo de las fuerzas de la OTAN, sembró la histeria en la opinión pública hablando de un posible ataque inminente de Rusia en el flanco oriental de la alianza atlántica. El Pentágono se apresuró a desplegar entre 150 y 160 M1 Abrams, M2/M3 Bradley y 24 piezas de artillería a motorizada en los países bálticos, Polonia y Rumanía. También decidió posteriormente rodear Rusia con depósitos de armas, emplazados a lo largo de las fronteras rusas. Aviones de Alemania, Noruega, Portugal, los Países Bajos y Estados Unidos se turnaban para garantizar la defensa del espacio aéreo del Mar Báltico.

M1A1 Abrams en Fallujah
M2 Bradley durante la Operación Tormenta del Desierto

La inserción de los vuelos militares rusos en el denso tráfico de la zona de Eurocontrol, sin provocar colisiones o riesgos de estas con otros vuelos civiles o militares fue posible gracias a la entrada en funcionamiento de las nuevas redes radiotécnicas «590» de las fuerzas armadas de Rusia. Esta red se conforma alrededor del sistema de radar «29B6-Container» para vigilar el espacio aéreo hasta una distancia de 3.000 kilómetros, lo cual permite a Rusia cubrir toda Europa, el norte de África y el Medio Oriente.

Los intereses comunes en la lucha contra el terrorismo y un diálogo abierto podrían conducir al reinicio de la mejoría de las acciones de cooperación en el marco del Consejo OTAN-Rusia (NRC), como se había previsto el 28 de enero de 2011.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article189393.html

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